Un equipo de consultoras del Consorcio Italia, en el marco del proyecto Chipaya, Memorias del agua y del viento, comenzó una campaña de recogida de información sobre el peso y la altura de los estudiantes de tres unidades educativas. Educadoras y nutricionistas tomaron estos datos en las aulas de Santa Ana, Urus Andino y Puente Topáter los días 8 y 9 de noviembre con el objetivo de elaborar un diagnóstico sobre el estado nutricional de los jóvenes y niños en edad escolar. Además, el equipo conversó con los padres de familia y los profesores para diseñar un plan de acción tomando en cuenta la voz de toda la comunidad educativa.
Chipaya está dentro de los municipios bolivianos con mayor índice de vulnerabilidad a la inseguridad alimentaria. Tiene 4 puntos de una tabla donde 5 representa el máximo de vulnerabilidad, según un estudio realizado por el Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras en colaboración con el Programa Mundial de Alimentos (WFP), el año 2013. La presencia de factores que ponen a la población en riesgo de sufrir malnutrición, sumada a su capacidad de afrontar estas dificultades, es lo que se entiende como vulnerabilidad a la inseguridad alimentaria.
Con esta actividad se ha comenzado una serie de acciones para recoger la información que servirá para la planificación y la construcción de una línea base de nutrición que busca apoyar a la promoción de hábitos alimentarios saludables.