En el mes de mayo Maurizio Davolio, presidente del AITR – Asociación Italiana de Turismo Responsable socia del Proyecto Chipaya: memoria del agua y del viento, llegó a Bolivia para una misión explotaría en la cual visitó a la comunidad de Chipaya con el objetivo de conocer la oferta turística de Uru Chipaya buscando la forma de dirigirla al mercado europeo.
AITR apoya el proyecto en la identificación de potencialidad y en la construcción de la propuesta turística involucrando a consultores expertos en turismo responsable e identificando operadores turísticos interesados a incluir el Municipio Chipaya en paquetes turísticos.
El señor Davolio escribió una nota en merito a su experiencia en Chipaya que publicamos a continuación:
La gente de Chipaya tiene una larga historia que merece gran atención y respeto.
Un proyecto de desarrollo turístico del territorio habitado por esta orgullosa gente debe basarse en una fuerte participación de la comunidad local en todas las opciones, en el respeto de su soberanía.
Los que vienen de fuera, el experto, el consultor, el investigador deben trabajar con representantes de la comunidad, compartir con ellos todas las decisiones, desde la identificación de los atractivos, las modalidades de espectacularización de actividades ancestrales, la asignación de tareas hasta los aspectos comerciales.
Durante mi misión, conocí gente abierta y amigable, pero sentí que ha habido experiencias pasadas que han dejado cierta forma de desconfianza y precaución.
El territorio habitado por el pueblo Chipaya ofrece una gran cantidad de atractivos: las dunas y las aguas, el salar de Coipasa, la arquitectura, los sistemas agrícolas, el museo, los animales de pastoreo, la cocina, el espectacular cielo estrellado, la vestimenta, la música tocada con instrumentos tradicionales.
Pero todo debe ofrecerse a los visitantes manteniendo la identidad, la autenticidad; oportunidades de ganancia y empleo deben crearse tanto como sea posible, pero evitando distorsiones en la vida de las personas o incursiones demasiado intrusivas.
El turismo nunca debe reemplazar otras actividades, sino que debe agregarse e integrarse armoniosamente.
Nos mostraron técnicas de cultivo y reproducción, técnicas de construcción de habitaciones, técnicas de gestión del agua, el trenzado de las mujeres, nos contaron sobre su visión cosmológica y su historia mítica.
Son conscientes de ser portadores de experiencias de vida maduradas en un contexto ambiental muy difícil, en el que debieron luchar contra condiciones climáticas hostiles, tierras áridas, inundaciones, falta de servicios.
Pero es un mundo fascinante, en el que percibimos el sentido de comunidad, el valor de la colaboración entre todos, la efectividad de las prácticas comunitarias antiguas que hacen posible la vida incluso en lugares inhóspitos.
Promoveremos estas tierras, pero solo traeremos turistas responsables, que estén adecuadamente preparados para su experiencia de viaje y sepan comportarse de una manera respetuosa una vez que estén juntos con las personas que los hospedan.
El hotel que nos hospedó, el único en el área, que se recuperó después de años de negligencia, debe convertirse en un lugar donde no solo se aloje y cene, sino que se reciba información, se guíen servicios de guía y transporte, se puedan comprar productos de artesanía, conocer a la comunidad local, escuchar música e historias. Un lugar vivo, compartido, cálido.
Nuestros amigos de Chipaya vendrán a Italia a finales de año, estoy seguro de que haremos cosas hermosas juntos y que el proyecto producirá los resultados esperados.